El primer día del tiempo nuevo: un cuento filosófico

En medio de una gran ciudad había un inmenso parque. Y en medio del inmenso parque, un magnífico árbol se erguía, robusto, desafiando al paso del tiempo. Ni demasiado lejos ni demasiado cerca del incesante ruido de la ciudad y del trajín de sus ciudadanos, el árbol esperaba. Hacía mucho, mucho tiempo que esperaba. Esperaba la llegada de un elegido, de una elegida, mientras se entregaba a sus silenciosos monólogos.

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Así comienza El primer día del tiempo nuevo, situándonos en el espacio más metafísico que físico donde Dóron, un sabio roble de más de dos mil años, aguarda poder comunicarle a los humanos todo aquello que ha aprendido observando sus vidas en el transcurso de los siglos, guiado por la sabiduría superior de su maestra la estrella sin nombre.

En el transcurso de un día largamente esperado, aquel en el que al fin los humanos podrán oír su voz, el viejo árbol recibirá la visita de algunos amigos: un niño enfadado, un fotógrafo misántropo que ama a los árboles, una oruga con miedo a la oscuridad de la crisálida, un anciano hombre de paz que descubre la grandeza del amor, un musgo insatisfecho, una joven pastelera que se pregunta acerca de la muerte, una ejecutiva estresada que no tiene tiempo para ser ella misma, un leñador que sueña con ser guardabosque, una viajera un tanto peculiar que se ha perdido para descubrir el destino de todos los caminos, una lectora cuyo destino es ser autora de la novela de su propia vida, un periodista borracho torturado por su ego, una libélula capaz de cruzar el océano buscando comprender quién es, un agricultor bloguero que se esconde de sí mismo, una profesora de yoga que no conoce la paz…… En total, veinticinco personajes visitan a Dóron para transmitirle nuestras dudas más humanas, nuestros miedos más comunes, nuestros anhelos más profundos, nuestras inseguridades más paralizantes, y recibir a cambio las sabias respuestas que el árbol milenario regala con sencillez y ternura como un canto de amor que trae esperanza a la humanidad.

En las distintas conversaciones, iremos descubriendo la larga historia de Dóron, y de su mano comprenderemos que ahora es el gran momento de expresar la excelencia de nuestra condición humana: ha llegado para los seres humanos la oportunidad de dar un gran salto de conciencia en el que cada uno de nosotros encarne al fin la mejor versión de sí mismo para así vivir en la Tierra como dignos habitantes de ese Paraíso Terrenal que en verdad siempre fue, es y será.

El primer día del tiempo nuevo es un libro de esperanza, de fe y de entusiasmo sobre este apasionante episodio de la historia de la humanidad del que nosotros, cada uno de nosotros, es el protagonista. Como dice Emilio Carrillo en el prólogo: «(…) “el anciano roble vive dentro de ti. (……) Y también en tu interior habitan todas las experiencias, todas las situaciones, todas las circunstancias y todos los personajes que a Dóron se acercan para plantearle sus preguntas»”.